viernes, 12 de noviembre de 2010

Vivir en una obra de arte, Mi bisabuela Amalia

Hace unos dias mientras preparabamos el motaje de un cocktail en el Palau Moxó de Barcelona, tuve el placer de coincidir con Inés Moxó, la actual propietaria del palacio.  Traía entre las manos muy cotenta un ejemplar de La Vanguardía en el que le había hecho una entrevista.  Hablando con ella, me transporté mentalmente (como tantas otras veces me ha pasado cuando voy al Palau Moxó) al piso de mi bisabuela Amalia en el Jaén de 1980, cuando yo con 9 y mi hermano Edu con 7 años subiamos la escalera de piedra haciendo girar la bola dorada del final (o visto desde el portal, del principio) del pasamanos.  En un par de pisos parabamos en seco ante la mirilla mirillona y sabiamos que pronto  nos observaría tal y como nosotros observariamos después a nada y a parte de los escalones y a la puerta de enfrente (nos encantaba mirar por allí).  Se oian los pasos suaves de la bisa por el pasillo
"Ya están aqui los principes de Maria Cristina" recuerdo que decía la bisa.  Y nos daba un beso con olor a Royal Ambré.  "¿Puedo ir al baño bisa?".  Era la siempre usada excusa para poder salir del salón a abrir y cerrar puertas de picaporte inverosímiles y entrar en cuartos prohibidos, pisar tablones antiguos que al sentir mis pasos crujian delatandome "crec, crec", ir al baño, efectivamente, para dejar salir el agua de los grifos de rosca, y tirar de la cadena con mago de cerámica de la cisterna de pared (cadena y no botón), coger el taburete y subirme a destapar el frasco de litro de Royal Ambré (frasco de vidrio y no de plástico), ir al comedor a ver la enooooorme mesa con sus doce sillas, el aparador con su espejo inalcanzable inacabable y sus cajones de tenedores, cucharones y pinzas para la comida todos secretos, todos a mi alcance, y lo mejor de todo, la cocina.  Los azulejos blancos, blanquisimos, el balcón alto y estrecho que daba al mercado de abastos, el abridor de botellas colgando de la pared.  "¿Nos podemos tomar otra mirinda, bisa?" "Si, claro" "¿podemos abrirla nosotros?" Reia, "Si, calro.  Ya sois mayores"  Creo que fueron las primeras bebidas que serví en mi vida.  Dos Mirindas para Edu y para mi.   En aquellos años 80 mi madre compraba (solo en los cumples, junto a las mediasnoches de jamonyqueso y foigras) cocacola de 2 litros de plástico.

Todo eso me viene de nuevo y sonrio pensando en Inés Moxó de pequeña pintando en la biblioteca de su casa palacio. 

Si quereis leer el articulo que menciono podeis leer una parte aquí

7 comentarios:

  1. Ay los abuelos, las abuelas,las bisas, los bisa... lo que nos han enseñado y la cantidad de secretos guardados en sus casas, con lo que has escrito he olido, tocado, oido ( el crec crec) de tarimas antiguas,las cisternas antiguas, he corrido por pasillos interminables, o eso nos parecian a nosotros verdad? que mundo el de nuestros abuelos y en tu caso bisa... que pena hacerse mayor, y esa mirinda de naranja!todo olia distinto, o es que al hacernos mayores queda en nosotros un recuerdo que es el mejor, el olor, que es el que de verdad siempre nos transporta, como se echa de menos a los abuelos y en tu caso a la bisabuela Amalia, que señores tan estupendos. Ha sido como un cuento pero siendo una vivencia auténtica, que intenso y que precioso. Que mona la bisa Amalia dando todo a los principes de Maria Cristina, y esos frascos de cristal de Royal Ambré... que herencia la de nuestros abuel@s. Precioso, muy emotivo

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  2. De mi abuela Amalia Jubes de Robles y Elola Barrenechea, heredera de la baronía de Casa Goda, creo Ana que hemos heredado todos esa quintaesencia vital que nos predispone a una delicada sensibilidad hacia lo artístico, y a un caminar por la vida nada superfluo.A veces cuando no sabemos el porqué somos así y no de otra manera,es porque posiblemente nos vamos proyectando en generaciones y nuestros genes van trasmitiendo notas, datos, canciones en la memoria,por lo que uno se expande y nunca muere del todo:Tio Ricardo, un beso hacia el cielo.
    Amalia Morcillo

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  3. Estoy viendolos con las dos Mirindas!! Me recordaste a mi infancia en casa de la hermana de mi abuela...
    Triny

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  4. Gracias a todos por los comentarios tan emotivos en este post en particular. Me emociona provocar esas sensaciones con mi memoria y mis recuerdos tan personales. Un beso desde Barcelona

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  5. Ana Marquina me enseñó esta entrada, y debo decir que me ha encantado. Huele a infancia. Gracias por recordarme esos tiempos hablando de tu niñez, y por tu comentario en mi blog.Espero que vuelvas pronto, porque yo también me pasearé por aquí, claro está.
    Un beso.

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  6. Ana, mi abuela Amalia Jubes Robles, tu bisabuela, era una excelente conversadora cada tarde subian a verla distintas personas; las visitas se sentaban de manera estoica en sillas de respaldo alto; por la casa de la calle de Los Alamos pasaban amigos, vecinos, antiguos empleados de la casa pidiéndole algun favor para sus familiares si estaba en sus manos o para que intercediera su marido, mi abuelo Ramón Espantaleón Molina.

    Mi abuela era una señora de gran personalidad y muy inteligente tenía una manera muy directa de entrar en contacto con los proveedores y de lo mas peculiar, madre de 9 hijos tuvo que que optar por simplificar su vida en el día a dia; hay una anécdota que me cuenta siempre mi tío Ramón de su madre que es super graciosa "Una tarde muy fría de invierno veo a mi madre marcando un número de teléfono y al descolgar al otro lado de la línea oigo a mi madre decir oiga mire necesito que me traigan 100 kg de astillas para la cocina" y nada mas colgar el auricular escucho a mi padre decirle muy contrariado a mi madre "pero mujer Amalia a quien se le ocurre pedir leña por tlf sin decirle quien eres ni darle la dirección" a los 20' sonó el timbre de la puerta y viene la empleada diciendo "Señora que está ahí el chico de la serrería que ya han traído la leña y la están colocando en el sótano" otra anécdota vivida por mi fue la conversación fluida y eficaz que mantuvo mi abuela con un empleado de Tejidos Gangas " Tejidos Gangas? Páseme con Carmelo...si un instante Dña Amalia no cuelgue" Tejidos Gangas era una tienda enorme de 4 plantas con escaleras mecánicas y Carmelo trabajaba en la sección de telas; cuando se pone al tlf le dice que desea Dña Amalia "Carmelo dentro de un mes son las Ferias de San Lúcar y mis cinco hijas quieren estrenar traje de chaqueta mire Ud. los tejidos nuevos que hayan entrado de otoño invierno y me acerca varios rollos de tela para elegir de lo ultimo que haya entrado "a la media hora tenía mi abuela las telas en su casa y a sus cinco hijas alrededor eligiendo las mas modernas.

    Luisa Morcillo Espantaleón

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  7. Ana, como me ha gustado lo que recordabas de tu Bisa me has traído a mi memoria el abridor de botellas que colgaba en la pared con una cadenilla larga me hizo reír de buena gana; También me gusta mucho lo que mi hermana Amalia ha escrito porque duplicamos gestos y ademanes de nuestros mayores, maneras de estar y de ser, de cocinar, de resolver, de vivir la vida, de darle importancia a las cosas o no dársela, de reír o llorar que a fin de cuentas es nuestro carnet de identidad.

    Los años que Javier y yo vivimos en el extranjero recurríamos al pudín de merluza cada vez que teniamos una cena con diplomáticos o empresas; para que el pudín salga jugoso no hay que cocerlo demasiado y se hornea al baño María, tampoco desmenuzar demasiado la merluza; en nuestra familia todos preparamos este plato que yo haya conocido van ya cinco generaciones de mujeres mi Bisabuela Mamaísa (Luisa) mi abuela Amalia, mi madre Carmita, mi hija Laila y yo.... Esto se hace extensible a mis tías, hermanas y sobrinas y que no se pierda nunca la tradición.

    Recuerdo deliciosas las tardes en su casa allí se reunían sus hijos y nietos había discusiones muy interesantes y de todo tipo política, moda, novedades, nietos, se jugaba al tute y a la canasta, al veintiséis, dominó...A las 17:30 era la merienda tomábamos té con limón en una tetera de barro que se le rompió el asa y guardo yo como oro en paño recuerdo las galletas con mantequilla y mermelada de tomate hecha por mi abuela que era deliciosa se impregnaba la casa al olor dulzón del tomate; siempre que le preguntaba a mi Abuela si era muy difícil preparar tal receta ella respondía lo mismo "para la cocina hace falta tener sentido común" Ella fue una excelente cocinera preparaba deliciosas carnes mechadas y trufadas, pudines, budines, compotas, huevos a la flamenca, timbal de macarrones, cremas frías y templadas, tocinillos de cielo, gachas, islas flotantes al caramelo, empanadas de bonito, empanadillas de carne , croquetas riquísimas de gambas, flamenquines de carne, jamón y queso, todo lo que ella preparaba con sus manos era cinco estrellas.

    Un beso infinito de tu nieta,

    Luisa Morcillo

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